22 de Junio 2004

Dos grandes (5) y fin

WE: Volviendo al aspecto técnico, lo que tomaste de Sickles fue la capacidad de aplicar negro a la silueta para perfilarla después.
MC: Y a tiempo. Eso siempre era lo más importante. Y él sabía hacerlo deprisa y bien. Yo tardé algún tiempo para coger el tranquillo, pero menos mal que lo conseguí en el momento justo, cuando dejé Dickie Dare para empezar Terry and the Pirates.
WE: Comprendo. Te era indispensable.
MC: Empecé Terry con más o menos el mismo estilo que antes, pues me asustaba meterme en un atolladero.
WE: En aquel tiempo, utilizabas la plumilla igual o casi igual que ahora.
MC: Y luego, cuando empecé a aficionarme al pincel, por fin me lancé. Afortunadamente, el escenario de China en aquella época –la guerra era inminente- te permitía hacer un montón de escenas militares, explosiones y chismes que estallaban en el agua.
WE: Quisiera hablar un poco de nuestra profesión. Yo me eduqué en las revistas de cómic. Mi experiencia en la prensa fue, en realidad, a resultas de ser dibujante de comic-books. De hecho, tú me conociste con motivo de la fundación de la National Cartoonist Society, durante su primera asamblea, y yo era entonces el típico ejemplar de dibujante de revistas de cómic (risa). Supongo que la Sociedad creería que le hacía falta un dibujante de comic-book, más que nada para cubrir las apariencias. Vosotros érais la jerarquía (risa). Si, la aristocracia, y nosotros éramos los... (risa). Por alguna razón, me sentía distinto a vosotros. Recuerdo que me sentía apocado yendo de un lado a otro escuchando lo que decíais los profesionales –entonces me parecíais viejos- a propósito de las tiradas. Teníais una relación con las tiradas muchísimo mas directa que nosotros, dibujantes de revistas de cómics. No sabíamos a ciencia cierta cuantos ejemplares se vendían, ya que nuestros honorarios y sueldos no se basaban en las ventas, sino en lo bien que cayéramos al editor o en la opinión favorable que tuviera él de nuestro trabajo.
MC: De todos modos, no os lo hubiera dicho.
WE: No, claro que no.
MC: No fuera que le pidieseis un aumento.
WE: A lo que voy, Milt, con este largo preámbulo, es que yo siempre he considerado que los comic-books tenían una posición por sí mismos en la literatura popular. Tú y tus contemporáneos, ¿suponíais estar trabajando en un medio artístico válido o simplemente os considerabais dibujantes que colaboraban en la prensa?
MC: De acuerdo en lo de medio artístico, pero sin tantas palabras. En primer lugar, considero que nosotros éramos aparatos de difusión. Tuve un director que dijo una vez: “Tened siempre en cuenta que quien paga el periódico es el hombre de casa. Así que dibujad para quien lo paga.” Eran los años 20. Porque si el padre de familia no llevaba el periódico a casa, nadie iba a leerlo. Hay que recordar también que existe la entrega a domicilio, por lo que es la mujer quien va a decidir a qué periódico –y en aquellos tiempos había una amplia variedad- suscribirse para que se lo lleven a casa. Con frecuencia, el hombre solía leer el periódico camino de la oficina en el autobús o el metro –depende del transporte, de si vivía en una gran ciudad donde hubiera tiempo para leer–, y la mujer de la casa estaría tomándose su segunda taza de café o en el baño o en cualquier otro sitio en el momento de vuestra pequeña cita diaria. Esto ya casi no existe actualmente. La entrega a domicilio, sí, pero apenas se leen los periódicos en el autobús, ya que la mayoría de hombres van en coche al trabajo, o donde quiera que vayan. Ahora bien, ese mismo director decía: “Recordad que no vendéis el periódico de hoy. El periódico de hoy ya lo han vendido. Estáis vendiendo el periódico de mañana”: se refería al periódico en general, pero decía: “Vosotros, dibujantes de series continuadas” –ya entonces mi línea iba por ahí– “tenéis más posibilidades de lograrlo que los que hacen un gag diario”. Si a uno le gusta leer Blondie, volverá a leerlo mañana sólo para saber si Dagwood ha noqueado de nuevo al cartero. Pero con las series continuadas, estás vendiendo el periódico de mañana. Por esta razón estábamos entonces en auge –los Dick Tracy y las Little Orphan Annie–.
WE: Así, pues, ¿os considerabais personal del periódico, es decir vendedores del periódico, o personas implicadas en una especie de medio artístico, o simplemente pretendíais entretener? ¿Te has considerado un “entertainer”, alguien que entretiene?
MC: Entertainer, por encima de todo.
WE: Rude Goldberg solía referirse a sí mismo, en algunas conversaciones privadas en las que estuve presente, como alguien cuya función era entretener.
MC: Bien, el punto de vista de aquel director –de quien he aprendido más que de ningún otro, creo– se basaba en la idea de que, da igual lo que hagas o digas, ya transmitas un mensaje o simplemente demuestres tu habilidad; tu debes entretener. Si no entretienes y el lector se aburre, has fracasado en tu misión. El mismo periódico es un medio de entretenimiento. Lees los titulares, pero a partir de ahí lees para entretenerte. Tal vez los resultados deportivos, pero si lees el resto de la sección deportiva, lo haces para entretenerte. Te lo pasas bien leyendo que Babe Ruth ha hecho esto o lo otro. “Has de recordar siempre que, al margen de quien lea el periódico, es el hombre quien lo compra” –vuelta al director– “Así que enseña un poco de carne por encima de las medias como propina” (risa).Y tenía razón. Claro que has de ser extremadamente juicioso para enseñar ese trozo de carne por encima de las medias. He descubierto –como lo ha hecho el cine– que es mucho más provocativo insinuar algo que mostrarlo directamente.
WE: Exacto. De todos modos, a lo que quiero llegar es al concepto que tenéis de vosotros mismos, pues al otro lado de la calle, o al fondo del valle donde nos movemos los dibujantes de revistas de cómics, muchos os consideran como esclavos, galeotes dándole a los remos sin parar (risas).
MC: Ajá, a veces es así también.
WE: Ocasionalmente, podría ocurrir que un tipo petulante como yo, pensara, más bien con vanidad, que está trabajando en un medio artístico y que lo que hace es literatura. Pero hablando con dibujantes de tiras de prensa, escritores igual que uno mismo, consideran que lo que hacen está dirigido a entretener, y a ofrecer espectáculo si tú quieres.

[Fin]

Escrito por Javier A. en 22 de Junio 2004 a las 12:43 PM
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