EL RASTREADOR
Jiro Taniguchi
336 págs. B/N. 19,95
Ponent Mon
Rústica con solapas
Número único
Abril 2006
Si tuviésemos que nombrar un autor japonés que fuera conocido por todo tipo de lectores, ya sean estos consumidores de cómic americano, europeo o únicamente de manga, ese nombre sería sin duda el del mangaka Jiro Taniguchi.
Un autor que aunque se mueve dentro de la estética del manga siempre podemos encontrar en sus historietas una sensibilidad más próxima quizá al estilo de hacer historieta que se tiene en Europa y que es la antitesis de todo lo que un lector de historieta occidental conoce del manga: los Shojo y los Shonen Manga, ya sabéis, ojos grandes, líneas cinéticas, etc.
Puede que la sensibilidad a la que me refería antes haya hecho que Taniguchi se haya convertido en un autor con bastante éxito y numerosos lectores en nuestro país. El gran público conoció a Taniguchi gracias a la estupenda El Almanaque de mi padre, a la que siguió la sobresaliente Barrio Lejano, obra que contó con el reconocimiento de crítica y público y supuso el espaldarazo definitivo de Taniguchi en España.
Ponent Mon ha seguido apostando por sus obras más "introspectivas" como pueden ser El Caminante, El Olmo del Cáucaso, Tierra de Sueños, etc, mientras otras editoriales también han probado con este autor con obras más "comerciales" como K o Crónicas del Viento.
El Rastreador, publicada recientemente por Ponent Mon, podría englobarse dentro de estas obras más comerciales ya que Taniguchi deja de lado la sensibilidad, la calma y la introspección de anteriores obras y deja paso a un thriller en estado puro.
Shiga, el Rastreador al que hace referencia el título de la obra, es un alpinista que vive en la montaña retirado del mundo desde hace años por razones que desconocemos pero que iremos conociendo según avanza la obra. Este retiro se verá roto debido a la llamada de una antigua amiga de Shiga, que le pide ayuda para encontrar a su hija desaparecida, que es a su vez hija de un amigo fallecido del protagonista. La promesa de cuidar de su hija y su esposa, que Shiga hizo a su amigo antes de morir, llevará al alpinista a dejar su retiro en la montaña para enfrentarse a la búsqueda de la chica desaparecida en la gran ciudad. Ciudad que se convierte en un ambiente hostil para Shiga ya que en los años que ha estado fuera las cosas ha cambiado demasiado para él.
Aunque en este manga su autor desarrolla la trama como un thriller, con algunas escenas de acción, es interesante como Taniguchi no deja de lado en ningún momento sus temas y esa forma de narrar tan característica y reconocible en todas sus obras.
Como ya es habitual, Taniguchi realiza un trabajo gráfico soberbio, creando una ciudad con una atmósfera opresiva para el protagonista y el lector como contrapunto a la libertad y a la tranquilidad de la montaña.
Si eres seguidor de la obra de Taniguchi no te voy a recomendar este libro porque seguramente ya te habrás hecho con él, pero si nunca has leído nada de este autor porque sus temas en otras obras no te parecían lo suficientemente interesantes, puedes darle una nueva oportunidad con este más que correcto thriller con el inconfundible estilo Taniguchi. Seguro que no te defrauda.