Con bastantes días de retraso, os dejo por aquí lo que para mí supuso la 22ª edición del Salón del Cómic de Barcelona:
Sin ninguna duda lo mejor del Salón del Cómic es la gente con la que te encuentras, los autores (menudo numerito que se marcaron Simon Bisley y Kevin Eastman)
y algunas ofertas que te puedes pillar a muy buen precio. Este año se ampliaba espacio y se notó que no se estaba tan agobiado como en años anteriores. ¿Mucha menos gente que el año pasado? ¿quizás por el Forum o la Formula-1? ¿Quién sabe...? Puedo decir también que éste año nadie se acercó a mí para ofrecerme ningún fanzine. Tebeos no compré muchos: un número de La Cosa del Pantano que no encontraba por ningún lado, El Borbah firmado y con dibujito de Charles Burns, el primer número de Sleeper y el último número de U con una interesantisima y extensa entrevista a Miguel Ángel Martín. Qué es una pena que cierre, la verdad, con la de buenos ratos que me he pasado (y me paso) (re)leyendo esta revista. A ver si alguien se anima y coge su relevo. En cuanto a las exposiciones, sólo decir que fueron bestiales, tanto en originales como en puesta en escena. A ver si se la gente de Expocomic toma nota y se entera de que no se trata de poner los originales colgados dela pared y ya está. Los que las hayan visto sabrán a lo que me refiero: La de Víctor Santos, magnífica, este dibujante llegará muy lejos, y seguramente no tardará en dar el salto a los Estados Unidos. Además aquellos a los que os guste los cómics de fantasía que hace Santos están de enhorabuena ya que allí pudimos ver varios originales de sus próximos proyectos y casi todos están dedicados a la fantasía heróica, uno títulado Ragnarok sobre mitología nordica, que espero que se edite pronto porque las páginas expuestas eran a-lu-ci-nan-tes, y otro títulado la Viuda Blanca, con guiones de Hernán Migoya. La exposición sobre los autores del Este era una experiencia maravillosa de contemplar, tanto por los originales con gente muy interesante, como por la puesta en escena. Los originales de Keko y Alfredo Pons soberbios, sobre todo los de Keko, que estaban muy currados y eran una maravilla para la vista.
Quizás, la única pega fue que me pasé casi toda la tarde del sábado dándo vueltas para conseguir un puñetero billete de vuelta a Madrid. (Eso me pasa por
no comprar el billete de tren de ida y vuelta... :-() Al final el domingo dio para muy poco ya que ni siquiera me pasé por el Salón. En resumen, que es un derroche de dinero monumental (y eso que yo iba acreditado y no pagué entrada) pero merece mucho la pena porque te lo pasas genial y te pasas todo el día hablando sobre el vicio que nos une, algo que no es muy habitual hacer todos los días.
Ésta ha sido, sin duda, la edición en la que mejor me lo he pasado. A ver si el Expofriki puede superarlo este año...
Escrito por Javier A. en 13 de Mayo 2004 a las 01:35 PM