21 de Mayo 2004

Dos grandes (3)

WE: Bien, siguiendo con el tema, quiero preguntarte algo que me preocupa desde hace años, aunque a ti no parece haberte afectado: la claustrofobia. Para mí, una tira diaria es como intentar dirigir una orquesta desde una cabina telefónica. En las tiras de Spirit siempre tenía la sensación de que me atascaba al final, pues tenía muchas cosas que decir en cada una.
MC: Sí...
WE: Así, o bien era escueto y no decía nada, lo cual es desastroso y estúpido, o bien decía más de la cuenta, lo cual es igualmente estúpido. ¿Nunca has tenido la sensación de que el medio de la tira diaria te acorralaba? ¿Cómo te las has arreglado?
MC: Mira, cuando empecé, hacía una tira diaria para Associated Press llamada Dickie Dare, que no tenía plancha dominical, por lo que no tenía que preocuparme por eso. Saltaba de viernes a lunes y punto. Pero una vez en eso de las planchas dominicales, que habían de casar, me encontraba un día comentando ese problema con Millie Slott, quien era a la sazón directora del Chicago Tribune – New York News Syndicate. Ella me dijo: “¿Por qué no consultas a algunos de los que ya llevan bastante tiempo aquí y miras lo que hacen?” Yo no hubiera soñado hablar con Harold Gray ni tan siquiera con Chester Gould, que tampoco era tan novato –llevaba un par de años por entonces -, pero acabé escribiendo una carta a Harold Gray y me senté a esperar el desengaño, en la forma de no obtener respuesta o de que se negara a algo por el estilo, igualmente desagradable. En cambio, recibí una carta a máquina a un solo espacio y de cuatro páginas en la que me hablaba de diversas cosas, entre ellas de ésta: El lunes por la mañana, cualquier lunes, tengo que utilizar por lo menos una viñeta para resumir lo ocurrido en la plancha dominical. A continuación otra viñeta para hacer mis conjeturas acerca de lo que podría haber hecho con la disyuntiva, sea ésta cual fuere. En otras palabras, utilizo algo que no utilicé en la plancha dominical. Tal vez los dos primeros incidentes, que tú ves desde otro punto de vista. Por ejemplo, en la plancha dominical sale una pelea. Tú ves la pelea. El lunes dos personajes dirán “Hey, ¿viste a esos tipos peleando?”. Así has vuelto a contar exactamente la misma historia desde otro punto de vista. Y algo perfectamente válido es ese sabio recurso, en la última viñeta, en que se abre la puerta y aparece un tipo con una pistola. Entonces, ya estás lanzado en el martes, estás lanzado y echas a correr.
WE: Vaya, ¿cuánta historia decía que te dejaba? ¿Te dejaba una sola viñeta para desarrollar la trama?
MC: De nuevo se trata de lo que tu trama va a ser. En otras palabras, lo que decía Raymond Chandler de la puerta que se abre y aparece el tipo de la pistola. Es todo lo que hace falta para empezar una historia de misterio.
WE: Es cierto, pero...
MC: Bien, en efecto, eso es lo que él hacía. Esa única viñeta basta para zambullirte en el día siguiente. Y al día siguiente todo será material nuevo. Sin embargo, podría ser que necesitaras la segunda viñeta porque hay gente que se perdió el periódico del domingo. Pero con seguridad necesitas la última viñeta porque no se sabe lo que está pasando en el vestíbulo o lo que va a pasar cuando se abra la puerta e irrumpa el tipo de la pistola. Esta viñeta basta normalmente para mantener a la audiencia y hacer avanzar la historia. Luego, el martes puedes lanzarte en la dirección que quieras con la seguridad de que el lector viene contigo.
WE: Entonces, ¿tu trabajas en ese sentido... actualmente?
MC: Básicamente, sí.
WE: ¿Debo entender, Milt, que al empezar ya tienes una visión total de la historia? De acuerdo. Elaboremos pues una trama a partir del tipo de la pistola y a ver como nos las apañamos, ¿conforme?
MC: Sí.
WE: Con este argumento, sabes que durante las dos siguientes semanas tienes una cuenta pendiente con un tipo que está al otro lado de la puerta empuñando una pistola. Es un asesino profesional de Chicago, digamos que ha venido a cargarse, a liquidar a otro tipo, que resulta ser un detective. Pero, merced a una confusión de identidades, todo el mundo piensa –y el tipo de Chicago también – que es otro matón a sueldo. Vale, ahí está lo esencial de la trama. ¿Cuántas semanas o días tardas para solventar una situación tan clara como ésta?
MC: No hacen falta muchos comentarios cuando se presenta algo tan gráfico como un tipo con una pistola. Con eso basta. No es preciso que diga que está empuñando una pistola: está empuñando una pistola. Puede ser de mentira, pero él tiene la pistola y tú piensas que la tiene. Y esta situación puede encauzarse en una u otra dirección, la que tu quieras. En este punto es cuando me lanzo hacia el final de la historia, procurando que todo lo que suceda tras este incidente, tome por el camino que tome, conduzca a la culminación.
WE: ¿Una culminación mortal?
MC: Es una pena eliminar a los malos, pues cuando tienes un personaje bueno de verdad, te sabe mal desembarazarte de él.
WE: Así pues, ¿tenemos ya una clara noción de lo que haces para realizar una historia? Por cierto, cuando tienes la idea de una historia para las próximas diez o quince semanas, ¿haces borradores antes? ¿Cuál es tu técnica?
MC: Al empezar la historia, me cuesta un poco arrancar pues me gusta tomar apuntes de lugares, situaciones, hechos, referencias, cosas que van a pasar. Naturalmente, voy a tratar con personajes de ficción, pero me gusta haber hecho unas pocas tareas preliminares – a veces – con respecto al techo de posibilidades. Pienso que la chica será sensible a la música suave o que se volvería loca si no tuviera ningún valor. Quiere ser libre...
WE: Volvamos a hablar de tu técnica actual. ¿Qué tienes que decir acerca de la plumilla, el pincel y el estilo? Te lo plantearé de modo más rápido y sencillo, ¿por que no describes el procedimiento normal? Ya sabes, escribes la historia y...
MC: Sí. El sistema que empleo ahora, a diferencia de antes en que solía rotular a lápiz directamente sobre la página de dibujo, consiste en coger una hoja de aproximadamente 33x40 cm. de papel ordinario y esbozar según el sistema de tiras. Dos por página. Cada una la divido en tres viñetas y las escribo en borrador, pues voy a dictarlo por teléfono a Shel Dorf en San Diego. Al hacerlo así, tengo la posibilidad de alterar el ritmo a mitad de su curso. Si me doy cuenta de que he puesto algo que no quería decir o quiero añadir una palabra, tomo nota de ello a medida que lo voy dictando. Shel sólo oye lo que yo quiero que oiga. Lo va apuntando por medio de una especie de taquigrafía de cómics.
WE: ¿Qué es eso? (risa)
MC: Es un rotulista muy rápido. En otras palabras, puedo dictarle – como hice ayer – seis tiras y una plancha dominical, y por la tarde ya lo tiene rotulado y en el correo aéreo, de modo que a la mañana siguiente ya lo tengo en mis manos.
WE: Así pues... lo recibes con los “ballons” colocados en el papel, Strathmore o de la marca que sea.
MC: Él los distribuye teniendo en cuenta lo que yo quiero. A veces sólo quiero una viñeta, sin otras viñetas más pequeñas, sólo una viñeta grande, como en el día de Año Nuevo o Navidad o una fecha por el estilo.
WE: Creo que la mayoría de nosotros detesta rotular. Por lo general, yo me ocupo de mis rotulaciones a causa del tipo de historia... el tratamiento. Significa esto que tanto la rotulación como el dibujo debe hacerlo la misma persona.
MC: Sí, supongo. En cualquier caso, yo puedo hacerlo. Siempre puedo imitarlo si es necesario. Y así lo hago a veces, por ejemplo, cuando Shel me lo devuelve. A continuación lo envío enseguida a Dick Rockwell, porque quiero hacer algunas notas. A veces se trata sólo de un texto explicativo, “tempestad en el mar”, por ejemplo. Es todo lo que he de decir a Dick, que es realmente quien hace a lápiz la tira. Después me la devuelve y yo la termino. Soy el último que la veo. El toque final, por así decir. En el intervalo, si hay algo que no me gusta de lo dibujado por Dick, o simplemente quiero hacer otra cosa, puedo cambiarlo. Son raras las veces que no me gusta lo esbozado por Dick a lápiz, porque es muy bueno. Lo que pasa es que a veces cambio de parecer.
WE: ¿Es pariente de Norman Rockwell?
MC: Sí, sobrino de Norman.
WE: Ah, caramba.
MC: Su padre era el hermano de Norman Jarvis Rockwell.
WE: Oh, ya.
MC: Que también era dibujante, por cierto. Diseñador, mejor dicho. Diseñaba juguetes para niños.
WE: ¿Cuánto tiempo lleva Dick trabajando en lo tuyo?
MC: Veinte años.
WE: ¿En lo tuyo? Oh, no sabía que fuera tanto tiempo.

[Continuará...]

Escrito por Javier A. en 21 de Mayo 2004 a las 11:07 AM
Comentarios


Esta entrevista es una joya. Cuando este toda hare un copypaste, me la guardo y me la imprimo. Una verdadera pasada.

Escrito por: Pedro en 21 de Mayo 2004 a las 08:03 PM


Esta entrevista es una joya. Cuando este toda hare un copypaste, me la guardo y me la imprimo. Una verdadera pasada.

Escrito por: Pedro en 21 de Mayo 2004 a las 08:03 PM


Esta entrevista es una joya. Cuando este toda hare un copypaste, me la guardo y me la imprimo. Una verdadera pasada.

Escrito por: Pedro en 21 de Mayo 2004 a las 08:05 PM

Mmmmmm. no sé si ha quedado claro lo que opinas de la entrevista, Pedro. XD

Escrito por: Carlos A. en 22 de Mayo 2004 a las 12:16 PM
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