18 de Junio 2004

Dos grandes (4)

MC: Recién terminada la guerra. Era piloto en el teatro de operaciones europeo y, al regresar, trabajaba por su cuenta para revistas de comics y cosas así. Vivía en la misma calle, en Rockland County. Dick siempre había trabajado en formato página. Eso es lo que a mí me hacía falta, claro...
WE: Así pues, él hace el lápiz. ¿Con mucha precisión?
MC: Sí. Por ejemplo, yo hago a lápiz una situación que no puedo describir en una frase (risa) –la escritura o la rotulación son demasiado vagas. Lo que yo necesito es lo que él me proporciona. Siempre se me ha dado mal el lápiz y, sólo situaciones faciales muy difíciles y cosas por el estilo, las esbozo primero a lápiz. De hecho, casi hago los bosquejos a pincel, ¿sabes?
WE: Bueno, lo comprendo. En esto hay una ventaja, pues sabes dónde vas y tienes libertad de movimiento. Cuando es muy preciso, más que dibujar estás delineando.
MC: Eso es exactamente. Y a veces quiero intensificar una situación. Por ejemplo, está el chico corriendo por una calle para escapar de los malos. Dick la dibujará correctamente, muy bien, pero yo quiero intensificar la escena. Así que lo inclino un poco más y lo coloco en una posición que denote gran esfuerzo, evitando de este modo que parezca simplemente una escena de “jogging”.
WE: Pero entonces, ¿el que en realidad compone las viñetas es también Dick Rockwell?
MC: Sí.
WE: Y a ti te envía algo que puedes cambiar si quieres. ¿No es eso lo que estás diciendo?
MC: Sí, así es como funciona. Pero no suelo hacerlo a menudo, porque él es muy bueno, sobre todo después de tantos años.
WE: Claro, claro.
MC: Pero, en muy contadas ocasiones, se me ha ocurrido una idea para hacer “otra cosa” que lo hecho por él. Entonces, sólo se trata de cambiarlo.
WE: Sí.
MC: Y hablando de esto, muy de vez en cuando, casi deliberadamente, no sólo para ganar tiempo –aunque favorece el plan de trabajo-, dibujo los bocetos de una plancha dominical o de un conjunto de tiras y me lo hago yo solo. Es como un invitado que, de vez en cuando, viene a dormir en el cuarto de los huéspedes, sabes.
WE: Sí, sí, claro. En otras palabras, que no puedes apartar la mano del cocido (risas).
MC: Nos enfrentamos a un problema –no sé si tu lo tienes o no. Yo dibujo para el formato página a tres colores, porque ahí es donde tengo mayor número de clientes. Es decir, las dominicales. Pero a unas tres pulgadas del pie de página, debo detenerme y dejarlo en blanco –dos pulgadas y media, de hecho-, lo cual significa que van a cortar por aquí para conseguir el formato tabloide y el formato media página standard, o el de un cuarto de su tamaño. Como trabajar sobre sellos de correos, lo cual es fastidioso a más no poder.
WE: Lo conozco. Es terrible. Yo me encontré con lo mismo en las secciones de The Spirit... Dibujaba para ambos formatos, tabloide y la pequeña página del cómic book. Ya no tengo este problema...
MC: No obstante, por razones de composición, suelo añadir toda una tira, aun sabiendo que en muchos periódicos la cortarán y suprimirán. Pero no puedo resignarme ante la idea de que van a descartarlo.
WE: Así pues, Milt, ¿quieres decir esto que distribuyes o compones cada viñeta tanto para los fines de periódico como para su claridad, dado hecho que se reduce el tamaño de un sello de correos, así como también para la narración en sí?
MC: Sí, esta es la función de cada día, de cada momento de cada día.
WE: Tu has utilizado negros en escenas de nieve, aplicándolos sobre el papel sin apenas perfiles.
MC: De hecho, esto se lo robé a Roy Crane.
WE: ¿En serio?
MC: Oh, él era el mejor. De bastante joven, tenía una secuencia en los Alpes, cuyos personajes en primer término era totalmente caricaturescos, de la manera en que él podía hacer caricaturas...
WE: Uh, huh.
MC: ...La era Wash Tubbs. Pero los fondos, las montañas, los Alpes, eran sencillamente magníficos. No creo que nadie los haya dibujado tan bien nunca.
WE: ¿Usas plumillas y tinta para perfilar caras o cabezas?
MC: Bueno, para perfilar la zona de luz de lo que se trate.
WE: Comprendo. Entonces, ¿puedes dibujar por completo la silueta con plumilla?
MC: Verás, se puede si las circunstancias lo requieren. Para primeros planos, por supuesto que utilizo la plumilla. A continuación, vuelvo con el pincel, sobre todo para el cabello.
El pelo rubio es más difícil, ya que si haces las líneas demasiado finas, en algunos periódicos saldrá borrado. Con una morena, por supuesto, es mucho más fácil destacar los puntos luminosos. Por ejemplo, en una secuencia que acabo de hacer, sale una morena de pelo revuelto que ha sido relativamente fácil de sombrear con el pincel, poniendo de relieve solamente su cabello enredado. En cambio, su compañera de serie es rubia con un peinado muy de salón de belleza, donde todo está donde debe estar.
WE: Uh, huh.
MC: En tal caso, el peligro está en usar el pincel y hacerlo demasiado tenue, por lo que suelo utilizar la pluma.
WE: ¿Para apoyar la línea?
MC: Para apoyar la línea lo suficiente como para que se reproduzca en Sheboygan.
WE: En resumen, Rockwell hace el lápiz y tú, la tinta. ¿Qué aspecto tiene el resultado final? ¿Es... es una página muy limpia o...?
MC: Yo pongo muchos detalles, así que es una página cargada –casi sin excepción-, una página cargada. Pero si el dibujo queda bien, a mí me gusta.
WE: Uh, huh.
MC: Tenía un profesor en el colegio que decía que la cosa es muy sencilla. Decía: “Si queda bien, déjalo. Y si queda mal, cámbialo. Y eso es todo lo que has de saber.”
WE: Yo tenía un profesor de anatomía que una vez dijo: “No importa donde estén los huesos. Si queda bien, es bueno.” (risa)
WE: ¿Qué aprendiste exactamente de Noel Sickles?
MC: Bueno, ante todo, a usar los negros, sombreados específicos y cosas por el estilo. Lo primero que aprendí es que se podía empezar haciendo las sombras más intensas con el pincel para, a continuación, abordar las caras con plumilla. Él era todo un experto en esto.
WE: Hace falta una gran seguridad en uno mismo para hacer algo así.
MC: El era más minucioso que yo con el lápiz, de modo que sus composiciones y demás detalles estaban bien definidas. No trabajaba las caras tanto como yo. Yo me inclinaba más por los personajes, y él por el efecto general. De todos modos, él odiaba su Scorchy Smith. Carecía de un personaje principal con suficiente gancho. La relación con Lindbergh estaba bien, pero él no fue todo lo agresivo que debiera haber sido. Así que, entonces, Sickles dibujaba tímidamente. Los personajes secundarios eran mejores que el personaje principal. Tenía una pareja de malhechores que eran espléndidos.

[Concluirá...]

Escrito por Javier A. en 18 de Junio 2004 a las 10:47 PM
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